jueves, 18 de septiembre de 2008

¿TE ACORDÁS CRISTINA?


En septiembre de 2006, Cristina Kirchner estaba fascinada, junto a su marido, por las luminarias de Wall Street.


El matrimonio había ido a tocar la campanita de inauguración de las transacciones en la Bolsa de Nueva York.

Entonces celebraba las faenas de los especuladores internacionales y ni siquiera imaginaba que dos años más tarde estaría, según sus palabras de ahora, "viendo cómo el Primer Mundo se derrumba".

Esta voltereta de opinión es solamente una muestra de la inconsistencia ideológica del oficialismo y de la improvisación que caracteriza a todas su política. 

Porque ¿quién no se acuerda cuando en junio pasado se jactó, en Plaza de Mayo, de "que el mundo nos necesita" - mientras que, con la ayuda del Banco Central, aquellos mismos especuladores (del Primer Mundo y del de nuestras fronteras) vaciaban las reservas internacionales de Argentina? 

Pero la superficialidad de la Presidenta tiene un propósito definido: ocultar que estamos ante un derrumbe del capitalismo, que es más contundente aún porque tiene su epicentro en el Primer Mundo. 

Mientras la Presidenta ironiza frente a las cámaras, todos los medios de prensa coinciden en informar que el gobierno está elaborando ‘planes de emergencia' para hacer frente al derrumbe. 

Ese derrumbe es igualmente intenso en Brasil, que asiste a una verdadera sangría de divisas, apenas unos días después que Cristina Kirchner saludara como un ejemplo a los capitalistas vecinos. 

El capitalismo "que se derrumba" es el mismo que la Presidenta defiende en Argentina, subsidiando a sus parásitos del transporte y la energía, u otorgándoles privilegios impositivos, en especial cuando se trata del impuesto inmobiliario que deberían pagar los latifundios y los grandes capitales sojeros. 

No es un problema de primero o segundo mundo: es el capitalismo, cuya crisis mundial ya se está llevando puestas a sus economías más débiles y en especial a Argentina. 

Comprender la naturaleza del ‘derrumbe' en curso es decisivo para las luchas actuales, porque mientras los funcionarios y los capitalistas aseguran que no tienen dinero para aumentar los salarios y el empleo, o contribuir para el gasto y el desarrollo social, al mismo tiempo están sacando la plata del país, vaciando las arcas del Estado y preparando un nuevo colapso económico, probablemente con una mega-devaluación. 

Comprender que el derrumbe es capitalista también es importante para ver la inconsistencia de las propuestas centroizquierdistas, que pretenden redistribuir los ingresos sin cuestionar al régimen capitalista que, repetimos, destruye, por medio de la crisis y el derrumbe, las riquezas y recursos necesarios para cualquier redistribución de la riqueza. 

¡Pero el Primer Mundo no hace más que seguir los pasos de la Presidenta, pues está nacionalizando empresas para salvar a sus inversores capitalistas de la quiebra, con recursos públicos, como el kirchnerismo hace con Marsans, o incluso con Repsol, a la cual le ha rescatado una parte de su capital por medio de un capitalista amigo! 

"El Primer Mundo se derrumba", pero los Kirchner salen en su socorro, ¿o no están pagando la deuda externa que no deja de crecer (utilizando incluso recursos de la Anses y del Banco Nación), y hasta cancelando de una vez las deudas fraudulentas con el Club de París? 

El "derrumbe del Primer Mundo" no solamente se va a llevar puestos a los llamados países emergentes, sino más que nada a sus gobiernos. 

¿De qué se estará riendo la Presidenta? 

El derrumbe del capitalismo mundial agota una tentativa de un cuarto de siglo para devolverle posibilidades de desarrollo, una tentativa cruzada de arrebatamiento de conquistas sociales, de crisis, de guerras, de genocidios y plagada de ‘derrumbes'. 

El Primer Mundo es para nosotros, en esta crisis, el proletariado de Estados Unidos y de Europa, que deberá ser sacudido hasta sus cimientos por el derrumbe del capital. 

La estrategia obrera y socialista del Partido Obrero se encuentra reivindicada por este derrumbe en toda su dimensión.


Editorial:

Bolivia!

A pesar del acuerdo, la crisis sigue


En la noche del martes 16, después de reunirse varias horas con el vicepresidente García Linera, el derechista prefecto de Tarija, Mario Cossío, se retiró sin haber llegado a acuerdo alguno, mientras Rubén Costas, prefecto cruceño, anunciaba que el diálogo quedaba suspendido mientras permaneciera preso su colega de Pando, Leopoldo Fernández, responsable de la masacre de campesinos en ese departamento amazónico. 

Sin embargo, a última hora se anunció que las negociaciones proseguían y que habría una nueva reunión el jueves 18, aunque Fernández sigue detenido. Esas idas y venidas indican el aparente laberinto en que se encuentra la situación boliviana. 

En principio, hasta la semana anterior la derecha se negaba a cualquier diálogo, aunque Evo Morales manifestaba cada día su predisposición a discutir un acuerdo. Eso cambió abruptamente y hasta Costas, que hablaba de la "tiranía indigenista", ahora dice "nuestro presidente" cuando se refiere a Morales. 

Esto es: el avasallamiento prepotente de la derecha, con sus bandas armadas que tomaban y destruían edificios públicos, y la sedición de los "cívicos" en 5 departamentos, encontró su límite preciso en el levantamiento popular que cercó Santa Cruz con bloqueos de caminos y, en esa misma ciudad, defendió exitosamente -piedras contra balas- la barriada popular Plan 3000 (véase nota en página 15), por citar sólo un par de ejemplos. 

Esa resistencia popular acentuó la crisis producida en la derecha por la victoria aplastante de Morales en el referendo revocatorio y la importante votación (40 por ciento) lograda por el presidente en las fortalezas de sus enemigos, incluido su triunfo en Pando, gobernado por la derecha. 

La derecha, por lo tanto, va al diálogo en contra de su voluntad y de sus intenciones iniciales, después de haber fracasado en sus intentos de romper militarmente el cerco a Santa Cruz: "El fin de semana se registraron graves enfrentamientos cuando jóvenes autonomistas intentaron romper el cerco a 51 kilómetros de Santa Cruz, levantado por seguidores del MAS, que respondieron con dinamita" (El País, 16/9). El cerco prosigue hasta hoy y esos dinamitazos forzaron a la derecha a sentarse a negociar. La dinamita y la movilización, no las invocaciones de la Unasur reunida en Chile -que sirvieron para presionar a Morales y no a los derechistas, con Lula a la cabeza. 

Pero ¿se trataba de negociaciones? 

Evo negocia su propia Constitución 

Respaldado por la Central Obrera Boliviana (COB), que va así del sectarismo (voto en blanco, abstencionismo) a la claudicación, Morales acordó con Mario Cossío la postergación del referendo que seguramente iba a dar un respaldo contundente al texto constitucional aprobado en Oruro. Si ese acuerdo se impone, durante el próximo mes se discutirán modificaciones a la nueva Constitución, "puntualmente en lo que dice sobre la posesión de tierras, el capítulo más doloroso para agroindustriales y latifundistas de las tierras bajas orientales" (Página/12, 16/9). 

Morales declaró que tiene "permiso de los movimientos sociales" para acordar esos cambios con la derecha, aunque no dio el nombre de quienes le extendieron semejante autorización. Trata de encubrir una capitulación invocando a su propia base social. 

Lo que resulta claro, sin embargo, es que numerosos ‘movimientos sociales' manifestaron su oposición al acuerdo con la derecha y a cualquier modificación constitucional. Lo hicieron la Confederación de los Pueblos Indígenas de Bolivia, cuyo presidente, Pedro Nuny, está clandestino en Santa Cruz; la Federación Nacional de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia y la Confederación de Colonizadores de Bolivia. Todas esas organizaciones fueron redactoras de la nueva Constitución. 

En el mismo sentido se manifestó el Jiliri Apu Malku (jefe o cacique) del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qollasullo, Elías Quelca Mamani: "No permitiremos que se mueva ni un punto ni una coma de la Constitución aprobada en Oruro. El gobierno y la Media Luna nos están raleando a las organizaciones de sus reuniones, en las que pedimos participar. Les advertimos que si tocan la nueva Constitución, van a tener problemas". 

Como se ve, Evo Morales comete el peor de los crímenes en este momento, un acto suicida: intenta dividir a la masa campesina para llegar a un acuerdo con la derecha que él mismo califica de "fascista, racista y golpista". 

El papel de Lula y la Unasur 

"Ceder no es señal de debilidad y los conflictos nada resuelven. Nuestros pueblos no tienen nada que ganar con confrontaciones estériles", le dijo Lula a Evo Morales el 18 de julio, cuando se encontraron en Riberalta (Perfil, 14/9). He ahí el papel clave jugado en la crisis boliviana por Lula. Pero como no era Morales quien provocaba la crisis sino la derecha, pedirle que evitara el conflicto sólo significaba exigirle la capitulación ante la derecha. Esto es, no avanzar en modo alguno. Con esa idea fue Lula a la reunión de la Unasur en Santiago de Chile. 

A tal punto la política de Lula consistió en presionar a Morales que, en principio, Evo rechazó el viaje a La Paz de una delegación "mediadora" de Brasil, la Argentina y Chile.
"Nunca vi al presidente tan preocupado por un tema como por éste de Bolivia", dijo el ministro de Medio Ambiente brasileño, Carlos Minc. 

Lula, por cierto, tiene motivos para preocuparse por la crisis boliviana. El parque industrial de San Pablo recibe de Bolivia buena parte del gas que consume y, no debe olvidarse, Lula actúa en representación de Petrobras antes que del Estado brasileño. De ahí que lo desvele la estabilidad política boliviana. Además, es una falacia que él pretenda actuar de mediador. Él no va a mediar, va a defender los intereses de su pulpo petrolero.
Entretanto, la movilización popular no cesa a pesar del gobierno. Al atardecer del martes 16, dos mil cooperativistas y otros tantos obreros mineros comenzaban a concentrarse en Cochabamba con el propósito de marchar hacia Santa Cruz, mientras el cerco sobre esa ciudad empieza a producir escasez de alimentos y combustibles. Y cuidado, porque "el ejército ha movilizado tropas y tanques con el fin de despejar piquetes que grupos favorables al gobierno de La Paz han armado en torno a esta ciudad y que la aíslan del país" (Clarín, 13/9). No sea que el ejército intente hacer aquello en lo que fracasaron las bandas fascistas. 

La derecha en crisis retrocede; se ha visto obligada a negociar aunque uno de sus principales cabecillas está preso, pero sin abandonar en lo más mínimo la intención de poner bajo su control el régimen de la tierra en sus departamentos. La gran fortaleza potencial de esa derecha está en las vacilaciones del Palacio Quemado. Por ejemplo, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, cuya renuncia pide la COB, comparó a manifestantes pro-gubernamentales en La Paz, que pedían armas para enfrentar a la derecha, con los fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista porque, según él, unos y otros quieren la guerra. 

Como quedó dicho, la crisis lleva al primer plano la cuestión de las cuestiones: la dirección política del pueblo explotado. 
Alejandro Guerrero

lunes, 1 de septiembre de 2008

MACRI, IL CACCIATORE


Sorprende que Macri diga que "se acabó la joda del robo sistemático" al informar, con gran escándalo mediático, de una defraudación del Ente de Mantenimiento Urbano Integral, el cual utilizaba materiales y personal de la Municipalidad para realizar obras de pavimentación a cargo de empresas privadas.

Difícilmente termine con esa ‘joda' quien cometió fechorías similares en las operaciones de venta y pases de jugadores, o en relación con el contrabando de autos desde Uruguay.
Responsabiliza del desfalco a la burocracia de Sutecba, la misma con la cual pactó la privatización de la obra social de los trabajadores de la Ciudad.

Pero si algo, en realidad, demuestra el desfalco es que la Ciudad no necesita al capital privado para pavimentar las destruidas calles porteñas, las cuales de todos modos siguen, después de casi un año de ‘gestión' macrista, en estado calamitoso.

No hay, sin embargo, mal que por bien no venga: el desfalco es la prueba palmaria de que el Estado tiene los recursos materiales y humanos para pavimentar la ciudad, pero delega su responsabilidad para que se enriquezcan los contratistas privados.

Es lo mismo que ocurre en Aerolíneas, los ferrocarriles y la obra pública.

Macri saca, naturalmente, la conclusión contraria: ¡en lugar de poner fin a los contratos privados pretende cerrar el Ente de Mantenimiento!

Sin embargo, el mismo día de la denuncia en cuestión ocurrió algo que hubiera debido recibir una atención mediática incluso superior.

Macri y su lugarteniente en Educación ordenaron a las autoridades de los colegios confeccionar listas negras detalladas de los estudiantes que están ocupando las instalaciones para reclamar por el pago de becas que el Gobierno de la Ciudad se guarda en su bolsillo, a igual título que el Ente de Mantenimiento.

Se trata del mismo método que quedó en evidencia en el juicio a Bussi y Menéndez en Tucumán, y por supuesto, el del intendente Cacciatore bajo la dictadura.

Quiere aplicar el mismo método contra las manifestaciones populares, porque para él el ‘espacio público' no es sinónimo de vida colectiva, y menos de politización, sino que debe servir a la libre circulación del capital y asegurarse que los trabajadores vayan del trabajo a su casa.

Es el método de los Berlusconi, Sarkozy y Uribe: la ‘seguridad democrática' al servicio de la explotación capitalista del medio urbano.

Pero Macri no solamente restringe las becas, tampoco repara las escuelas, ni las provee de calefacción o seguridad ambiental.

Lo que sí ha hecho es ofrecer los hospitales públicos a las universidades privadas, en detrimento de la UBA, para la realización de pasantías en medicina a cambio de un arancel.
Ataca la universidad pública y privatiza los hospitales.

Pero tampoco atiende la situación edilicia de éstos, ni a los salarios de profesionales médicos y no médicos, aunque sí se interesa ‘poner en valor' (un francesismo que alude a la mercantilización del espacio y patrimonio públicos) lo que pueda representar un interés histórico o arquitectónico.

Por eso está intentando liquidar el Teatro Colón, aunque ya le han fracasado todos los administradores que puso en un año; rinden más los contratos internacionales que la producción nacional de la cultura.

Por el camino de De la Rúa y de Ibarra y Telerman, Macri fracciona los contratos de reparación edilicia para concederlos sin licitación, o sea a los propios.

Siempre en materia de educación, Macri se niega a aumentar los salarios docentes, sin importarle que sus amigos de las consultoras privadas digan regularmente que la inflación supera el 30% anual; por eso los sindicatos de maestros van a la huelga la semana que viene.
Pero el plato fuerte de Macri es su intención de endeudar a la Ciudad en 1.600 millones de pesos, y para esto cuenta con el ‘okay' de la bancada kirchnerista, además de las otras, que le habían negado el acuerdo a Telerman y a su ‘ministro' Nielsen.

No es que le faltan ingresos por impuestos y tarifas, es que Macri quiere financiar una onda de especulación inmobiliaria, aunque de ningún modo resolver la necesidad de vivienda de los que no la tienen ni las necesidades de recreación y de acceso a la cultura para los que carecen de ellas.

Se trata de proyectos "armados con Nación", o sea con la camarilla de los De Vido.

Como se puede apreciar, Macri está atendiendo a sus asesores, que le dicen que para ‘proyectarse' a nivel nacional tiene que poner antes ‘orden' en la Ciudad.

Llamamos a combatir esta ‘prueba piloto' de la derecha argentina, que no sólo cuenta con el apoyo de la Iglesia sino con la complicidad del kirchnerismo.

Los ‘nacionales y populares' del gobierno nacional quieren recuperar el apoyo patronal, después del conflicto agrario, pactando con la derecha, o sea a expensas de las masas populares.

Llamamos a apoyar la lucha de los trabajadores y de los estudiantes de la Ciudad y a desarrollar un frente de trabajadores, estudiantes, vecinos, ambientalistas, defensores de derechos humanos, luchadores de las villas para impedir la consumación de los planes del macrismo.

"REESTATIZACION" DE AEROLINEAS"

El Congreso avala el fraude de Marsans

Los trabajadores, sin garantías

La ley de "reestatización" de Aerolíneas pone a salvo el rescate de Marsans. Establece la recompra de las acciones de AA, lo cual supone el acuerdo con los vaciadores y una deuda que no será inferior, en ningún caso, a los 900 millones de dólares, pues aún faltan contabilizar "las causas comerciales, laborales, penales e impositivas abiertas en el país y en el resto del mundo" (Sur, 17/8). Para Verbitsky, "El gobierno necesitaba que (Marsans) entregara la llave de la compañía en términos que no dieran lugar a nuevos llamados de Zapatero, Felipe González y otros" (Página/12, 24/8), pero los Marsans, sin embargo, no entregaron ninguna llave: la ley mantiene el control accionario que detentan sobre AA y tolera la permanencia de los vaciadores en el "Comité Mixto" de gestión constituido hace un mes atrás. O sea que el Estado continuará colocando centenares de millones de pesos para operar la compañía y revalorizando su capital.

Tasación de AA

La tasación de una compra de acciones en manos privadas ha sido adjudicada al Tribunal Nacional de Tasación, que ya estaba trabajando en eso por el acta firmada por Jaime y Marsans. "En el dictamen está trabajando la Sindicatura, la AGN, el Tribunal de Tasación, también hay muchos funcionarios del Congreso (sic) trabajando" (La Nación, 23/5). La ley, aunque ignora el acta firmada con los vaciadores, no la anula.

La ley dispone la tasación de la compañía "al 15 de julio"; es decir, al momento de producirse la intervención oficial. Pero esto no cambia lo esencial: la necesidad de un acuerdo con el dueño de las acciones, que ya ha dicho que reclamará "las rutas y la marca". Por eso, Jaime ha salido a "amenazar" con la expropiación. En este caso, el Congreso deberá votar la indemnización y hacerse cargo de la deuda. Los diputados tendrán que poner sus huellas en el desfalco. Burócratas sindicales, funcionarios y centroizquierdistas transitan, de este modo, todo el culebrón que va del acta con Marsans a la expropiación, sin poder salir de la trampa del rescate. La única vía para ello es la expropiación sin indemnización.

Reprivatización

Los reformadores del proyecto también celebraron el retiro de la cláusula que habilitaba a una posterior "reprivatización". Pero la ley aprobada admite la participación privada hasta un 49%. Preservaron, de este modo, la pretensión inicial de comprar a AA y Austral para "ponerlas en valor y luego transferir algo", según señaló reiteradamente Jaime. En ese caso, un futuro socio privado ingresaría en una AA previamente "saneada" por el rescate estatal. Pero, principalmente, contaría con subsidios garantizados del Estado. Uno de los integrantes del Comité de gestión que acaba de armar el gobierno para regentear AA es "Juan Cincunegui, ejecutivo ligado a Eurnekian a quien reiteradamente se lo señala como potencial adjudicatario de la línea de bandera" (Página/12, 17/8). La estatización de AA, por lo tanto, tiene a los privatizadores dentro de la "parte estatal".

Los sindicatos

Los sindicatos aeronáuticos han apoyado este rescate de Marsans porque "asegura los puestos de trabajo". Pero ningún punto de la ley de "reestatización" establece garantía alguna para la estabilidad laboral o las condiciones de trabajo. El rescate de un vaciador capitalista por una cifra sideral e incierta, por parte de un Estado que ya tiene su presupuesto hipotecado en muchos otros rescates, no puede ser garantía ni para Aerolíneas ni para sus trabajadores. Durante toda la gestión Marsans, la camarilla kirchnerista toleró todo tipo de atropellos laborales y salariales contra los trabajadores. Acaba de revelarse, incluso, que en una de las "actas" firmadas entre Jaime y Marsans, a comienzos de este año, pactaron la modificación del régimen laboral de los pilotos (Ambito, 23/8) para "adaptarlo (a la baja) a los patrones internacionales". Ese es el Estado que se hará cargo de AA. Las burocracias aeronáuticas han hecho lo imposible para impedir una real deliberación sobre este nuevo episodio en el vaciamiento de AA. Rechacemos la ley que rescata a Marsans, luchemos por la expropiación sin pago de Aerolíneas y el inicio inmediato de acciones judiciales contra los vaciadores capitalistas, así como la intervención cautelar de sus bienes; por el enjuiciamiento de De Vido y Jaime, por la restitución de todas las conquistas laborales arrebatadas.

Marcelo Ramal